En este blog intentare hablar de un poco de todo, como manualidades, trucos en todos los aspectos, ya que hay muchos, de cocina, de tecnología, etc...

3/12/16

A las ocho

El chico en cuestión se llamaba Ángel, tenia catorce años, y llevaba unos días en el hospital porque vomitaba todo lo que comía y tenía mucha fiebre.

En pocos días de enfermedad su cuerpo se había estirado hasta el punto en que sobrepasaba los dos metros cuando lo metieron en la ambulancia, y tuvieron que flexionar sus rodillas en la camilla.

En el hospital le hicieron muchísimas pruebas buscando una causa, la madre sospechaba de un envejecimiento, pero ningún médico supo que decir que tenia, solo tenía 14 años y no había comido nada en varios días, su cuerpo no lo toleraba.

El ocho de abril de aquel año, su tía, nerviosa e impaciente porque los médicos llenaban a su sobrino de pastillas y no le curaban ni conseguían averiguar que le ocurría, decidió irse del hospital y visitar al que fuera su pediatra durante años.

La madre salió a dar una vuelta por los pasillos del hospital mientras Ángel hablaba con su hermano y la novia de este.

Me voy a morir.

No digas eso, -le dijo la futura cuñada- aun tienes que venir a nuestra boda.

Cuando la madre llego no quisieron decirle nada y les dejaron a solas, Ángel cogió su reloj, puso la alarma y le dijo a su madre que dejara el reloj sobre la mesilla, la madre se giro, y la alarma sonó.

En ese mismo instante a su tía se le bloqueo el volante en la misma puerta del hospital, un hombre que apareció de la nada le dijo unas palabras muy misteriosas, y acto seguido ella alzo la mirada y el hombre ya no estaba.

El hombre y el bloqueo del volante le hicieron reaccionar y salió rauda del coche para entrar de nuevo al hospital, cuando llego a la habitación, todos lloraban.


Al sonar la alarma que Ángel había puesto a las ocho el día ocho de abril, su alma abandono su cuerpo, y su madre lo supo desde el mismo instante en que oyó el primer pitido de dicha alarma.


Fotos Sacadas de Internet.

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