Quien no ha escuchado alguna historia de castillos
encantados, o porque no haber vivido una fabulosa historia en un castillo.
Alberto había conseguido el trabajo de su vida, dentro de un
equipo de ocho personas él era el encargado de fotografiar algunas de las
construcciones arquitectónicas que necesitaban restauración, lo especial de
este trabajo era que podía viajar por todo el mundo con gastos pagados, era
como tener vacaciones permanentes gratis, en esta ocasión estarían en Europa
visitando castillos, desde los más pequeños hasta tan enormes como no se lo
imaginaba.
En su primera semana se quedaron en un pequeño edificio de
más de 300 años de antigüedad, pero muy querido por los pobladores pues fue la
casa de una mujer muy buena que ayudo mucho a la gente del pueblo, estaba ya
muy abandonado, pues el encargado del lugar era muy mayor y no pudo conservarlo
de manera debida.
El equipo tomo una habitación en el tercer piso, eran las que estaban en mejores condiciones, el cuidador también habitaba en esa planta así que era la mejor conservada, desde la primera noche fueron advertidos de que los ruidos de la tubería y la calefacción impedían conciliar el sueño si no se estaba acostumbrado, y que debían tener mucho cuidado al caminar en la oscuridad porque constantemente se desprendían algunas partes del suelo o las paredes.
Alberto quedo junto a la ventana, estaba sentado viendo alrededor
para conocer un poco a antes de empezar a trabajar, en el patio llamaron la
atención las tumbas, seis de ellas, tomando su cámara para usar el zoom que le
permitiera un acercamiento, se asusto un poco al observar un pequeño movimiento
de la tierra, como si algo intentara salir de ella, volteo alrededor para darse
cuenta de que todos habían dormido ya, no tenia con quien hablar lo sucedido, así
que para dormir tranquilo tuvo que ir a fuera solo para comprobar que la tierra
era solida, mientras la pisaba sintió que detrás de él alguien se acercaba y
volteo de inmediato, no pudo ver a nadie, pero sentía a aun su presencia, sin
volver la cabeza a su punto inicial que sujetaban su pie, mirando hacia abajo,
una mano salía de la tumba, algo cubierta de tierra se le podían ver los huesos, y tejido seco que se caía
cuando Alberto la empezó a golpear con un palo, pero no lograba que lo soltara, aunque
usaba todas sus fuerzas no le fue posible liberarse, el palo pareció se
sujetado por alguien a su espalda, con miedo de voltear tuvo que hacerlo cuando
sintió que una mano fría le tocaba las mejillas bajando hacia su cuello… solo
pudo encontrarse con una figura de niebla, que se desvaneció ante sus ojos en
la primera mirada.
Cayendo de rodillas frente a otra tumba
pudo ver que tenía el nombre de la tan famosa dueña, que reflejándose en la
lapida le dijo sácales de aquí, ellos no son mi familia el
chico se levantó de un saltó y fue a despertar a todos que no creyeron lo que
contaba. El decidió irse a pasar la noche al hotel, pero las puertas se
cerraron en su cara, un grito invadió todo el castillo, alertando a los demás que
también corrieron donde él, las paredes parecían temblar, los pocos cuadros que
quedaban colgados caían al suelo rompiéndose en pedazos, y algunas manos salían
de las paredes tratando de sujetar a los visitantes…
Entonces por la escalera principal se
pudo ver el fantasma de la mujer que bajaba rápidamente, huyendo, asustada
decía Sácales de aquí ellos no son mi familia mientras apuntaba hacia los dueños de
las manos que salía de las paredes, que se abalanzaron contra la mujer
transparente, atravesándola con furia, causándole una expresión de dolor, que
la hizo desaparecer en un grito profundo.
Bajó entonces el cuidador del castillo gritando enojado pero que andan haciendo
ustedes muchachos, porque hay tanto ruido, mientras todo ellos
estaban parados junto a la puerta abrasándose unos a otros. Le contaron lo que
pasó y el señor dijo es que ella jamás me lo dijo, de haberlo sabido antes
habría hecho su voluntad, los llevó
al patio trasero donde ocho tumbas mas estaban bajo las ramas de los arboles, y
dijo, ellos compraron el castillo después de su muerte y fueron enterrados aquí,
se decía que eran personas muy malas…, les decía el hombre mientras
clavaba una pala para desenterrar los cuerpos…
Fotos sacadas de Internet.
No hay comentarios:
Publicar un comentario