Los hombres que se dedicaban a la construcción se llamaban
alarifes, uno de ellos recibió el contrato para construir un puente en la
carretera de Zapotlanejo y se comprometió a entregarlo en la fecha determinada.
Cuando a la gente le va bien provoca sin querer envidia y
nuestro alarife no era excepción, algunos boicotearon su trabajo de muy
diferentes maneras, retraso en la entrega de materiales, accidentes, ausentismo
de los trabajadores, etc…de desgracias.
Así llego la víspera de la entrega del puente y no estaba
terminado, el constructor estaba desesperado, pues no solo perdería dinero,
sino prestigio, tan solo desesperado estaba que dijo que no importaría vender
su alma al diablo con tal de terminar su labor, el demonio que siempre está
deseoso de llevar almas a su reino, apareció inmediatamente para celebrar un
contrato con el alarife, este, que no era joven, tenía suficiente malicia a
causa de su experiencia en contactos y habiéndolo pensado muy bien, redacto y
firmo un contrato que si terminaba el puente según los planos, le entregaría su
alma.
El diablo estaba tan emocionado que acepto y firmo el
contrato escrito en un papel que quedo chamuscado y con olor a azufre, Lucifer
llamo un titipuchal de chamucos, les ordeno terminarlo y antes del amanecer habían
acabado el famoso puente, apenas amaneció, llegaron los envidiosos que le habían
boicoteado para reírse del fracaso que suponían acabaría con su prestigio, pero
quedaron mudos de asombro al ver aquel camino de piedra posado en varios arcos
y columnas que parecía que sin esfuerzo unía ambos bordes del barranco, mas
tarde llegaron los que habían encargado el trabajo al alarife y muy complacidos
pagaron lo acordado.
En cuanto anocheció, llego el diablo a cobrar lo pactado,
pero el alarife le dijo que no estaba obligado, pues el contrato no se había cumplido,
furioso santa saco el papel chamuscado y oloroso a azufre con las firmas de
ambos, pero el alarife mostró los reglones que especificaban que el puente debía
ser terminado conforme a los planos.
Los planos tenían en el centro una capilla dedicada al arcángel
San Miguel y como este era más grande enemigo, se negó a dejar un lugar para
rendirle culto, pensando que nadie se daría cuenta que faltaba la capilla, por
lo tanto, el astuto alarife se quedo con fama, dinero y el alma libre de tratos
con el diablo.
Leyenda del puente de Martorell:
La leyenda cuenta que los habitantes de la localidad de
Martorell se encontraban prácticamente incomunicado por una inesperada crecida
del rió y el tratar cruzarlo suponía un gran riego, entonces se presento el
diablo asegurándoles que construiría un puente a condición de llevarse con él
al primero que lo cruzara, una anciana del pueblo, astuta, animo a sus
conciudadanos a que aceptaran las condiciones que el demonio les pedía.
El diablo se puso a trabajar en el proyecto de su puente
infernal, cuando la obra estuvo terminada la anciana se acerco hasta el puente
de manera que parecía que tenía la intención de cruzarlo, cuando llego a la
entrada del puente abrió un cesto del que saco un gato negro al que espoleo
para que cruzara el puente a la carrera, entonces la mujer se dirigió al
diablo, puedes tomarlo, nosotros cumplimos el trato que acordamos, el primero
que lo cruzara seria tuyo, ya has cobrado.
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