Cuantas veces reflexionamos a lo largo de nuestra vida,
cuantas veces echamos de menos algo que no tenemos, cuantas veces no nos hemos
hecho responsable de nuestros actos, cuántas veces hemos pensado en hacer un
giro en nuestra vida, y así podría estar escribiendo y escribiendo de tantas
cosas que hemos querido hacer y no hemos hecho nunca por la razón que sea y no
volver nunca a intentarlo, pero si llorar por ello que nunca hemos intentado
hacer.
Cuántas veces hemos querido cambiar y por vagueza, por poner
excusas de que no tengo tiempo, por excusas que nos ponemos en todo no hacemos
nada de nada, y nos vale por la excusa más triste para poner una simple razón.
Es cierto que empezamos la vida por cómenos el mundo y lo
que haga falta, siempre podemos con todo, menos cuando recibimos la primera
ostia sin saber de dónde ha venido, tiramos la toalla, sin ganas de volver a
intentar en la vida lo que nos gusta por lo que queremos o simplemente por ser
esa persona que intenta cambiar el mundo y no se conformo con adornarlo con
palabras, y hacer como escucha y no hace ni el huevo, la persona que intenta
mejor el mundo con todas sus ganas con acciones y por la lucha que genera.
Y lo peor es que no nos gusta reconocer que nos hemos
equivocado, sin emitir que asido un
error dejar de luchar por algo que queremos hacer con el corazón, que queremos
ayudar al mundo con nuestras acciones, pero que a veces por tropezar con una
piedra, por recibir de ostias sin saber por dónde vienen nos rendimos, y no
queremos hablar del tema.
Que ha sido de la persona luchadora, de esa persona que se
caía se volvía a levanta las veces que fueran necesarias, de que si recibe de
ostias bueno no es motivo de rendirse.
Cuando somos pequeños nos enseñan que si quieres ir en bici,
tienes que aprender que si te caes te tienes que levantar las veces que sean
necesarias y seguir intentándolo sin rendirte, y que cuando lo consigues ir
solo, ya sin ayuda de los rodines, sin ayuda de nadie, vas solo, te hace sentir
tan bien por tu logro, de pequeños celebramos nuestros logros, de mayores los
dejamos de lado, y sin querer hablar de ello, con lo bonito que es y ver donde
te has equivocado.
Por eso quizás yo recuerdo esos momentos cuando era pequeña
y luchaba por todo lo que quería sin rendirme, y seguir luchando por lo que
todo queremos en la vida, y no hay que perder esa manera de luchar por las cosas
que más nos interese, y lo que cueste, porque qué triste seria que dijeras
quiero esto y tenerlo sin luchar, es muy fácil, llegaría un momento que te aburrirías
de todo.
Así que nunca hay que dejar de luchar por nadie, ni por nada
hay que seguir hacia delante a por lo que quieres para ti y lo que realmente te
llena, y si nos caemos nos levantamos todas las veces que sean necesarias, y
sin que nadie te diga lo contrario de que lo dejes.
Y por supuesto nunca te rindas por nada y menos por algo que
realmente quieres, por ejemplo como salvar el mundo.
Siempre podemos sacar lo bueno de cada uno de nosotros para
seguir luchando por algo que queremos construir, nosotros mismos ponemos las
dudas, las metas, y todo lo que haga falta por no avanzar.
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