En este blog intentare hablar de un poco de todo, como manualidades, trucos en todos los aspectos, ya que hay muchos, de cocina, de tecnología, etc...

4/1/18

El sillón del diablo

A mediados del siglo XIX, limpiando en un trastero de la universidad de Valladolid, un bedel se encontró con una silla abandonada en una esquina, como un trasto más, cansado, decidió sentarse un rato. Tres días después lo encontraron en el trastero, en la misma esquina, en la misma silla, muerto.

Cuando un segundo bedel murió en las mismas circunstancias, las alarmas se dispararon y la leyenda se fraguo.

La leyenda de la silla del diablo se remonta al año 1550, cuando se fundo la primera catedra de anotomía humana de España en la facultad de medicina de la universidad de Valladolid, dirigida por Alonso Rodríguez de Guevara, quien llevo a cabo las primeras disecciones humanas en España, gracias a un permiso real. A dicha universidad asistió un joven de origen portugués y sefardí, llamado Andrés de Proaza, de 22 años de edad, con gran interés por la anatomía humana.

La leyenda relata que ese mismo año se denunció la desaparición de un niño de 9 años, mientras que los vecinos de la calle Esgueva de Valladolid declararon que desde el sótano de la casa del joven Andrés, cuyas traseras dan a la actual calle de la Solanilla, se oían gemidos, llantos, y extraños ruidos y veían salir agua sanguinolenta a través del desagüe, que teñían de rojo las aguas de uno de los ramales del rio Esgueva. Los vecinos alertaron a las autoridades de la ciudad. El hallazgo al abrir el sótano fue espeluznante: en una mesa de madera encontraron el cuerpo del niño desaparecido, despedazado tras haberle practicado en vida una autopsia. Además, se hallaron cadáveres de perros y gatos en la misma postura que el cuerpo humano de la mesa.

Andrés confeso que tenia un pacto con el diablo a través de una silla que estaba en su escritorio, en la que se sentaba a escribir sus terroríficas ideas, y sus espantosas notas, de la nigromancia o autopsia que practicaba con los seres vivos que cazaba. Al sentarse en este sillón, el diablo le ofrecía toda la sabiduría del mundo en medicina y se comunicaba con el.

Al proceder a registrar los pisos superiores de su casa se encontró la silla, fabricada con madera de cedro, con resplandor y reposo de cuero y color marrón.

Proaza fue condenado por la inquisición a morir en la hoguera, sus inmuebles, y con ellos el sillón, fueron expuestos en subasta pública, pero nadie los adquirió debido a la fama de nigromante que acompañaba a su dueño. El sillón se mantuvo en posesión de la universidad de Valladolid.



Fotos Sacadas de Internet 

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