La isla de Haití situado en el mar del Caribe atrae a
turistas por muchas razones, quizás las creencias y las instituciones
culturales de la gente de Haití, son de mayor interés para visitantes que el
encanto de los aspectos físicos del país, los turistas creen que podrán ver
zombis que vagan a través de las aldeas y mirar a la gente realizar hazañas
sobrehumanas en las danzas del vudú.
Haití a menudo se ha llamado y se conoce coma la isla
misteriosa, mucha gente cree que ha encontrado algunos hechos inusuales que la
ciencia moderna todavía no ha podido explicar, como por ejemplo fenómenos de la
magia negra y la existencia de zombis.
En Dahomey, en África del norte, el culto del vudú implica
adorar a los espíritus y a los antepasados, en Haití, el termino vudú tiene el
mismo significado, y los campesinos de Haití pagan su tributo a esos seres
supernaturales que son la fuente de lo bueno y malo, la vida y la muerte, de la
enfermedad y la salud.
Esos espíritus se encuentran en las maderas, los lagos, los
ríos, y cada esquina de la tierra, son los intermediarios entre el dios y sus
criaturas, el dios está demasiado lejos para cuidar de nosotros, el tiene
energía, conferida en esos espíritus, dirigidos, para darnos la ayuda
espiritual que deseamos en nuestra vida diaria.
Cada campesino tiene un culto, en su casa o un altar en su
propio hogar, las ceremonias se realizan según las necesidades religiosas de
cada seguidor, el campesino consulta al sacerdote o al hougan, pagando cierta
cantidad de dinero, se reúne la familia amigos y se realiza el ritual.
Es una cuestión muy seria para el campesino de Haití, pues
gasta más dinero en la adoración de sus dioses que en las necesidades de la
vida.
La creencia en zombis se basa, es que algunos curanderos de Haití
tienen de traer a gente muerta y enterrada de nuevo a la vida, también se cree
que durante la noche alguna gente tiene la energía de volar a través del aire
con una enorme llama roja bajos sus brazos.
El vudú es una creencia como cualquier religión, quien hace
que el vudú sea tan real y sea efectiva la misma creencia, vemos cosas que
realmente no existen, hasta el punto de creer que nos han echado una maldición y nos estamos muriendo sin estar
enfermos, hasta que punto nos afecta todas estas creencias a nuestra conciencia
para ver cosas que realmente no existen.
Los practicantes de esta creencia del vudú, saben hacer que
una persona pueda llegar a ser un zombi, y esta sería la manera que suelen
hacerlo; por medio de la indigestión de un determinado polvo que mezclan con la
bebida, el efecto pierde sus constantes vitales, la muerte parece perfecta pues
su estado de catalepsia es absoluto, en un país en el que los servicios médicos
son insuficientes.
Esto unido al hecho de las altas temperaturas de ahí en ese país
hace que por norma general un cadáver sea enterrado en las 24 horas siguientes a
su fallecimiento, esto aumenta mucho las posibilidades de enterrar a alguien
vivo.
Pasadas las 48 horas de las drogas
que el fallecido ingirió dejen de tener efecto, por lo cual el zombi recupera
sus constantes vitales, en ese momento cuando el brujo le destierra, una vez
desenterrado el zombi es alimentado con una pasta de atropina y escopolamina,
que son disociadores alucinógenos que impactan sobre los neurotransmisores y
las endomorfinas del cerebro.
De este modo se aseguran que
aunque su cuerpo sigue vivo su mente nunca vuelva a una consciencia absoluta,
con mirada fija, perdida su mirada, la cara inexpresiva, mirada fija, los
parpados blancos y su carencia de voluntad convierte a los zombis en esclavos
perfectos.
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