Parece mentira que las cosas se rompan cuando uno no tiene
dinero para reponerlas, esto fue lo que pensó Marisol cuando su viejo horno
alimentado por gas natural, heredado de su madre, finalmente sucumbió al oxido
y al paso del tiempo.
Y justo cuando Luis, su marido, se había quedado sin
trabajo, fueron a la casa de electrodomésticos y preguntaron los precios, y
pese a que el vendedor trato de tentarlos con una imperdible oferta y un método
de pago basado en cómodas y sorprendentes cuotas fijas, los esposos se dieron
cuenta de que nunca podrían pagar aquel nuevo y fabuloso horno, tendremos que
comprar uno usado, se dijeron entre sí.
Así que fueron a una casa de empeños y se hicieron de un
viejo horno marca Orbis, que poseía cuatro hornillas y un botón de encendido eléctrico,
Luis lo llevo en la parte trasera de la chata y luego hizo la instalación esa
misma tarde, y ahí fue que comenzaron los problemas.
Primero fue Church, el gato, Marisol se levanto a las dos de
la madrugada a tomar un vaso de agua y escucho unos maullidos provenientes de
la cocina, fue a ver y allí, metido en el horno y maullando de desesperación y
terror, estaba el gato, la mujer abrió la puerta del horno y el gato salió disparado
rumbo a los interiores de la casa.
Días después Marisol vio otra cosa todavía más inquietante,
era de noche y se encontraba sola porque Luis salió a beber con los amigos, la
mujer estaba entretenida horneando unas cupcakes, cuando de repente escucho un
ruido que provenía desde el interior del horno, pensó que eran las cupcakes que
habían reventado, y se inclino parar mirar a través del vidrio, no eran las
cupcakes: había una mano allí, ennegrecida por el fuego, Marisol dio un alarido
y cerro la llave del gas y luego llamo por el móvil a su marido, pero este no
le contesto.
¿Qué diablos había sido eso?, comenzaba a sospechar que
aquel horno estaba embrujado o algo así, sabía que podían ocurrir esas cosas,
los objetos a veces quedan impregnados por la maldad de su antiguo dueño, quizás
el anterior propietario había sido un psicópata que cocinaba a sus víctimas en
el horno, aunque la idea le pareció descabellada.
Volvió a llamar a su marido y tampoco obtuvo respuesta,
Marisol mientras tanto se había encerrado en el dormitorio, porque tenía miedo
de volver a la cocina, en algún momento de aquella larga noche se durmió, y se despertó
por los maullidos insistentes del gato.
Había olor a gas, y cuando la mujer corrió hacia la cocina,
se encontró con su esposo, que había metido la cabeza en el horno y le había dejado
una nota de suicidio sobre la mesa, nunca más se supo de Marisol, enloquecida
por el dolor se alejo de la casa y se perdió en la noche, la casa quedo en
venta, con todos los muebles dentro, un año después, un agente inmobiliario se
encontraba mostrándole la casa a una joven pareja, cuando sintieron un hedor
proveniente del horno, abrieron la puerta y allí estaba el pobre Church,
ennegrecido y cocinado hasta la muerte.
Fotos Sacadas de Internet.
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