Dos amigos se conocían desde la primaria, una vez al mes se reunían
en algún lugar para charlar y jugar a las cartas, mientras sus mujeres se
quedaban en casa o salían con otras amigas, pero en los últimos tiempos los
hombres se habían aburrido de los juegos de barajas, y decidieron cambiar de
pasatiempo, primero probaron con el ajedrez, pero uno de los amigos, llamado
Sergio, era bastante superior en inteligencia al otro, Ramiro, por lo cual
siempre ganaba el mismo jugador.
Entonces optaron por los rompecabezas, era una diversión bastante
buena y pasaban las horas armando pieza por pieza la imagen, mientras bebían cerveza
o alguna otra bebida con alcohol, un día Ramiro se apareció con un rompecabezas
nuevo, que acababa de comprar en una librería.
Tenía más de mil piezas y el modelo consistía en un
iluminado por el sol, el Burj Khalifa, que según
Sergio era uno de los más
altos del mundo, pero no tardaron en descubrir que había algo extraño en el
nuevo rompecabezas, el dibujo guía que mostraba la caja no se correspondía con
las piezas, predominaba en el primero el color celeste, mientras que en el
segundo todo era blanco y marrón claro.
Vamos a devolverlo, dijo Ramiro, molesto, estos tipos de la
tienda me estafaron, tengo una idea mejor, ¿y si lo armamos igual?, así iremos
descubriendo el dibujo a medida que avancemos, ambos concordaron que se trataba
de una buena idea y comenzaron a armarlo, empezaron, como era costumbre, por
los bordes, después de una hora de concentrado trabajo se dieron cuenta de que
se trataba de una habitación pintada de blanco, se veía un aire acondicionado
empotrado en la pared y había ciertas cosas en el ambiente que les hizo pensar
en un cuarto de motel, de esos que se utilizan para las citas clandestinas.
El centro del rompecabezas seguía siendo un misterio, pero
ambos hombres no se sentían impacientes, sabían que tenían toda la tarde para
terminarlo, abrieron unas latas de cerveza y siguieron armado la imagen, se
hicieron las seis de la tarde y luego las siete, Ramiro se paro para encender
las luces y luego volvió a la mesa, ahora la imagen, además de la habitación,
mostraba algo que comenzaba a ser perturbador: unos brazos y unos pies atados a
la cama con pañuelos o cintas de seda.
El cuerpo aun no llegaba a verse, tampoco la cabeza, pero
fue en ese punto que Sergio dijo que no quería continuar con el juego, ¿Por qué
no?, se sorprendió Ramiro, hay algo malo ahí, respondió Sergio, será mejor que
lo dejemos, ¿Qué puede haber de malo en un rompecabezas?, además es muy
interesante, quizás sea uno de esos rompecabezas pornográficos o algo así.
Ramiro se apresto a seguir con el juego, pero Sergio estaba
muy nervioso y trato de impedir que su amigo continuara jugando, aunque no pudo
convencerlo, cuando se hicieron las nueve ambos se encontraban muy borrachos y
Ramiro puso por fin la última pieza, se quedaron absortos, contemplando la
inquietante imagen de una mujer atada a una cama, desnuda y muerta.
Le faltaba la cabeza y de su cuello manaba un arroyo de
sangre que empapaba las sabanas, pero peses a ello Sergio creyó reconocerla y
su borrachera se disipo y tomo su móvil y llamo y volvió a llamar a su mujer,
pero esta nunca le respondió.
Una hora después, la policía lo ubico y le dio las malas
noticias, mientras Sergio se encontraba armando el rompecabezas, su mujer se
citaba en un motel del centro con un tipo que había conocido a través de
Facebook, el tipo la ato a la cama e hicieron el amor, pero como era un demente
le corto la cabeza y huyo por una ventana.
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