Relato

Hace tiempo que no escribía el libro erótico que voy publicando poco a poco, aquí os dejo lo que tengo escrito hoy espero que os guste:

Mónica Dulcemente ató las dos manos de Roberto a la cabecera de la cama con la ayuda de unos pantis de color negro opaco. Suavemente empezó a acariciar los brazos, fue bajando muy lentamente, pasó la mano por el pecho de Roberto y se encontró con un pezón de el y; empezó a jugar con él, mientra Roberto hacia gestos de excitación, por lo que le estaba haciendo ella. Mónica

siguió bajando poco a poco hasta que choco con los calzoncillos de el, y como si fuera un impedimento, levanto el dedo y se separo de él, fue hacia la cómoda y cogió un fular de color carne y otro par de medias del mismo color. Coloco el fular en los ojos, para que no tuviera la oportunidad de ver lo que ella iba hacerle en cada momento, con el otro par de medias, empezó a atarle los pies para que no tuviera ninguna oportunidad de moverse.

Roberto se puso tenso al notar una cosa fría en su pelvis, y noto que le estaba cortando los calzoncillos con unas tijeras, tenia curiosidad de lo que le iba a hacer Mónica cuando acabara de

cortarlos sus calzoncillos, noto que Mónica se subía en la cama y lo dejo sin respiración al notar que se introducía en la boca su miembro veril en la boca, notando como subía y bajaba mientras el gozaba de placer, mientras Mónica seguía haciendo a su antojo.

Roberto sabia que nunca ninguna mujer le había atado en la cama y hacerle disfrutar como lo estaba haciendo Mónica, sabia que no podía ver nada de lo que estaba viviendo en ese momento, no sabia como explicar el placer que estaba recibiendo.

Mónica quería hacer chillar a Roberto y que disfrute del placer; cada vez que subía hacia arriba le pasaba la lengua sobre su miembro y volvía a bajar, saco la boca de su blande cogiendo aire, seguidamente cogió un cubito hielo que tenia preparado y una vela blanca encendida, y empezó a pasar el hielo y la vela por su pecho, Roberto empezó a gemir de placer, que le estaba produciendo Mónica con la combinación de la vela y el hielo, bajaba por el pecho hasta sus genitales, Mónica solo escuchaba gemir a Roberto de placer y pedir mas.

Roberto estaba en éxtasis del placer por cada gota de vela que quemaba y el frio del hielo que aliviaba, esa combinación le estaba matando de placer, no quería pensar que Mónica podría parar en cualquier momento, no quería que llegara ese momento.

Mónica quería seguir disfrutar a Roberto, y sobretodo que nunca lo olvidara lo que estaba haciéndole, y sabia perfectamente como seguir y hacerle pasar un buen rato a Roberto, se levanto de la cama para apagar la vela, y coger una pequeña fusta larga, fina, de madera, en la punta unos pequeñas tiras de color negro, empezó a pasarlo por la cara de Roberto, lentamente iba bajando, por su pecho, por la tripa, por su miembro y es cuando el cogió aire, esperando que podría hacerle con ello, al llegar a las plantas de los pies ella le dio unos pequeños toquecitos, que Roberto no lo esperaba y se encogió, Mónica le dio unos cuatro o cinco toquecitos, en los pies.

Al acabar Mónica se volvió a subir en la cama se puso enfrente de Roberto y le paso el pezón por la cara y seguidamente le beso en la boca, Roberto se sumió en su beso con ella, pero intento abrazarla pero no podía por que estaba aun atado en la cama; Mónica dejo de besarlo se acerco a su oreja, y le dijo que ahora se penetraría, Roberto sentía que estaba apunto de explotar de tanto placer que le había dado Mónica y si podría llegar a su altura.

Fotos Sacadas de Internet.